En 2006, el gobierno suizo hizo una primera propuesta para declarar la región patrimonio mundial a la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN).
La UICN entonces no encontró que el área tuviera un valor extraordinario o universal y denegó la propuesta.
En 1848, invitó al geólogo británico Roderick Murchison, una autoridad internacional, a viajar y observar la estructura.
Sin embargo, el propio Escher se sintió inseguro acerca de su idea y cuando publicó sus observaciones en 1866, interpretó en cambio el cabalgamiento de Glaris como dos grandes anticlinales estrechos y volcados.
En 1883, el geólogo escocés Archibald Geikie (1835-1924) aceptó que las Tierras Altas son un sistema de cabalgamiento.
Sin embargo, todavía no se entendía de dónde venían las enormes fuerzas que movían las nappes.
Actualmente, los geólogos creen que la mayoría de las cadenas montañosas están formadas por movimientos convergentes entre placas tectónicas.