Durante la guerra de Irak la rama iraquí de Al Qaeda ya había logrado invadir Tal Afar en 2005 aunque ese mismo año fue expulsado por una alianza conjunta del nuevo gobierno de Irak y Estados Unidos durante una batalla a gran escala.
En la gobernación de Ambar Al Qaeda en 2013 se transformó en el autodenominado Estado Islámico de Irak y el Levante —en pleno recrudecimiento de la guerra civil iraquí— el cual inicia una campaña de ocupación en la gobernación dejando aislado a la gobernación vecina de Nínive (donde se encuentra Mosul y Tal Afar), el grupo yihadista el 4 de junio del mismo año lanzaría una operación a gran escala contra Mosul la cual resistiría hasta el 10 de junio del mismo año.
La caída de Mosul provocó que varias personas buscaran refugio en Tal Afar, las fuerzas de Estado Islámico proseguiría a sitiar la ciudad para completar su invasión en Nínive.
[2] La milicia de Estado Islámico rodearon la ciudad y destruyeron las comunicaciones de la ciudad cuyo objetivo era desmotivar a las tropas del gobierno, como respuesta la Fuerza Aérea Iraquí bombardeó diferentes puntos de las zonas periféricas de la ciudad, esto no evitó que el Estado Islámico rompiera las defensas de la ciudad y destruyera todo a su paso, expulsando al ejército de Irak y eliminando prácticamente a todo los miembros de la policía local.
Los Peshmerga crearon conductos humanos —para ayudar a la huida de los civiles— hacia el Kurdistán Iraquí, el ejército tuvo que dispersarse en el desierto ante la inminente caída de la ciudad, el Estado Islámico posteriormente dio caza a todos los que pudo, la policía federal se quedó en la ciudad junto con algunos peshmergas para ayudar en la evacuación, dando como resultado sus captura y ejecución por el Estado Islámico; los civiles que no pudieron escapar sufrieron represalias y varios de ellos fueron asesinados.