La primera Junta Directiva tuvo como presidente a Don Luis Domenech, literato y periodista, para posteriormente relanzarlo el pintor Joaquín Agrasot, verdadero propulsor del Círculo, sin olvidar la labor de Joaquín Sorolla, que en 1912 creó el Grupo “Juventud Artística” al que pertenecieron los principales artistas del momento.
En 1932 un grupo disidente de esta entidad se agrupó en torno a la “Sala Blava” situada en la calle Redención, que más tarde pasó a constituirse en una entidad de carácter regionalista denominada “Acció d’Art”.
Un palacio gótico del siglo XV, cuya escalera arranca con una columnilla entorchada y un antepecho con un ángel, y que ha sido atribuida a Pere Compte, artífice de la Lonja.
El Círculo de Bellas Artes quiere dar un enfoque renovado a su tradicional apoyo a la Cultura Valenciana, abriéndose a todas las manifestaciones artísticas, para ofrecer a Valencia las distintas maneras de crear, no sólo plásticas, sino procurando mantener la música, la literatura, la arquitectura y todo aquello que surja del inquieto espíritu de los que amamos todas las artes y el pensamiento, así como dar cabida a toda la sociedad actual, desde los más jóvenes a los más consagrados artistas valencianos que ya forman parte de la entidad.
Las dificultades económicas producidas por el gran gasto de adquirir y mantener la nueva sede puso en peligro la existencia misma del Círculo, que tuvo finalmente que vender el edificio,[1] pasando a instalarse provisionalmente en locales del Convento del Carmen.