Su nombre proviene de la palabra alemana Brezel o Breze, derivada del latín bracellus, 'brazo pequeño'.
El segundo tipo se puede preparar con una gran variedad de sabores, tales como almendra, ajo, etc.
Sus ingredientes principales suelen ser: harina de trigo con levadura, leche y mantequilla.
Hacia 610, los monjes benedictinos de Borgoña y Renania los adoptaron para entregarlos como premio a los niños que cumplían sus tareas escolares.
Ellos explicaban que los "brezel" representaban los brazos de un niño haciendo sus plegarias y los llamaban brachiola o pretiola.