La primera vez que compitió fue en una carrera disputada en el Circuito Condell de Curicó en 1959.
Esos eran los años de oro del automovilismo chileno, con grandes pilotos como Raúl Jaras y Bartolomé Ortiz.
Al llegar a Chile se le realizó un homenaje en un Estadio Santa Laura repleto, además fue portada en los principales diarios del país.
En ese circuito se mantuvo invicto durante tres años, a pesar de que traían a los campeones argentinos de turismo carretera: Carlos Pairetti, Jorge Cupeiro y Carmelo Galbato.
Garafulic se convirtió en una leyenda a bordo de un Ford Falcon.