Los conflictos empezaron cuando el Gran Duque intentó expulsar a sus medio hermanos de sus distritos.
La alianza polaco-rutena pronto demostró ser extremadamente importante en la lucha entre Vladislao II y sus hermanos.
Desafortunadamente, la expedición de Bolesłao resultó un completo fracaso, ya que la muerte del Gran Príncipe creó una confusión general en Kiev.
Al principio, parecía que el exilio duraría sólo unos pocos meses, gracias a las conexiones familiares de la duquesa; sin embargo, se precipitaron y una expedición insuficientemente preparada no logró cruzar el Oder, y fracasó debido a la fuerte oposición de los antiguos súbdito de Vladislao y a los problemas que Conrado tenía que afrontar en Alemania.
El Rey entregó a Vladislao II y su familia la ciudad de Altenburg en Sajonia.
Se suponía que esto sería una residencia provisional, pero Vladislao pasaría el resto de su vida allí.
En 1148 tomó parte en la Segunda Cruzada con Conrado III, durante la que visitó Constantinopla y Tierra Santa.
Conrado III murió en 1152 sin haber asegurado el regreso de Vladislao II a Polonia.
La primera acción del nuevo gobernante alemán fue marchar a Roma para ser coronado Sacro Emperador.
No obstante, a pesar de la victoria militar y la humillante sumisión del Gran Duque Bolesłao IV el Emperador decidió mantener la situación en Polonia, y no restaurar a Vladislao II al trono.
Por un acuerdo firmado en Nuremberg, Alemania, Bolesłao IV se comprometió a aceptar el regreso de los príncipes exiliados.
Además, aceptando, satisfaría al Emperador y mantendría a Barbarroja lejos de Polonia.
En una disputa interna en la familia ducal, Miecislao apoyó a Jaroslaw, primogénito de Boleslao, resentido contra su padre porque había sido obligado a profesar como sacerdote por las intrigas de su madrastra Christina, que deseaba que sus hijos fueron las herederos únicos.
Durante los últimos años de su reinado, Bolesłao se dedicó a actividad económica y empresarial.
Para salvaguardar sus tierras de otros príncipes Piastas, Bolesłao obtuvo una bula protectora del papa Inocencio III en 1198.