Tras las campañas por la Gran Polonia y la lucha por el trono de Cracovia, Enrique fue capturado en 1229 por Conrado de Mazovia durante una celebración religiosa en Spytkowice y retenido en Płock, Mazovia.
Fue liberado tras la mediación de la duquesa Eduviges, pero tuvo que renunciar a Cracovia.
Enrique I favoreció la ocupación alemana del país, que ya iniciara su padre, y que conllevó una separación cada vez mayor de Silesia del resto de Polonia.
También apoyó la labor colonizadora del Abadía Leubus aplicando la Ley Alemana a algunas de las colonias eslavas existentes.
También tuvo altercados con el Bistum Breslau por los diezmos de los nuevos colonos alemanes.