Su padre le enseñó sus habilidades de impresor cuando él era muy pequeño.
Bodoni demostró su talento, ya que era un tipógrafo innovador; en sus obras se aprecia el cuidado de sus formas y soportes, así como la armonía expresiva.
Hacia el año 1770, Bodoni creó un taller de fundición de tipos, en el cual edita su primera obra tipográfica, Fregie Majuscole (1782), y dos décadas más tarde creó su propia imprenta.
Sus ediciones fueron muy exitosas por su alta calidad y la elegancia en la utilización de ilustraciones.
Bodoni incluyó en el manual cuatro principios que constituyen la belleza de una tipografía: uniformidad o regularidad de los diseños, elegancia y nitidez, buen gusto, y por último, el encanto, es decir, la impresión debe hacerse con paciencia y cuidado, como un acto de amor.