[4][5] Cuando se genera a partir de macroalgas, también se lo conoce en inglés por su variante seaweed oil («combustible de macroalgas»).[6] Al igual que los combustibles fósiles, este combustible también libera CO2 cuando se quema, pero a diferencia de los primeros, el combustible de algas, así como otros biocombustibles, solo libera el dióxido de carbono recién capturado de la atmósfera con la fotosíntesis a medida que las algas o plantas se desarrollaban.En los últimos años, las perspectivas sobre su viabilidad comercial han cambiado drásticamente.[13] En 2013 el CEO de Exxon Mobil, Rex Tillerson, especuló que la viabilidad comercial de este combustible «podría demorarse otros 25 años».[14] Para entonces, Exxon llevaba cuatro años en una joint venture con Synthetic Genomics, encabezada por el biólogo Craig Venter y 100 millones de dólares invertidos de los 600 millones comprometidos hasta 2019.