Biocodicología

Además del pergamino, se aplica a documentos en papel y otros materiales, convirtiéndose en una herramienta clave para entender la historia de la escritura y su contexto socioeconómico.

Gracias a su enfoque interdisciplinario, no solo amplía el estudio de los manuscritos, sino que también abre nuevas posibilidades para reconstruir el pasado a través de la biología presente en ellos.

Estas herramientas permiten identificar especies animales en pergaminos a partir de ADN antiguo,[1]​analizar la composición molecular de tintas y pigmentos[2]​ o rastrear el origen geográfico de los materiales mediante estudios isotópicos.

[3]​ Además, logran estos resultados con muestras mínimas y métodos no invasivos, asegurando la preservación de los documentos históricos.

A través de técnicas biomoleculares, reconstruye la historia y conservación de los manuscritos, analizando las especies animales utilizadas en la fabricación de pergaminos, su diversidad genética, las rutas comerciales y los procesos artesanales empleados en su elaboración.

Pergamino medieval, uno de los objetos preferentes de estudio de la biocodicología
Ejemplo de extracción de muestra aislada de ADN