Tanto Bilbao la Vieja como San Francisco cuentan cada vez con más locales comerciales y lúdicos orientados al público gay, claves también de la dinamización de estos barrios.
Famosos clubs de este barrio fueron El Palanca 34 y El Gato Negro.
En este nuevo ensanche se instalaron familias de trabajadores, comerciantes y una pequeña burguesía.
Como zona periférica, se situaron allí barracones, talleres y almacenes.
Esta antigua iglesia, ahora reconvertida en sala multiusos y de conciertos, organiza prácticamente a diario eventos y conciertos de bandas locales e internacionales.