El fraile agustino Angelico Aprosio, animado por nobles ideales sociales y humanitarios, legó su biblioteca a la ciudad natal, Ventimiglia, pequeña y animada ciudad italiana en la frontera con Francia, a fin de que sus conciudadanos y los forasteros de paso pudiesen emplear bien su tiempo libre y los pobres aprender lo necesario para defender sus intereses contra los soberbios señores.
[1] La Biblioteca comprende dos secciones, una antigua y otra moderna.
La primera se compone del fondo que el fraile agustino recogió durante su vida, mediante adquisiciones y donativos de eclesiásticos, amigos y escritores muy conocidos de su tiempo, italianos y extranjeros, con los cuales estuvo en estrecha relación, como lo comprueba su riquísimo epistolario, hoy conservado en la Biblioteca Universitaria de Génova.
[2] Las obras recogidas por Aprosio abarcan todo género de ciencias (filosofía, teología, física, medicina, astronomía, cirugía, literatura, lingüística, etc.) revelando los intereses culturales enciclopédicos del fraile agustino.
Benedetto Croce no dejó de documentarse en ella para sus estudios sobre la literatura barroca en Italia.