Bibliometría

Para ello se ayuda de leyes bibliométricas, basadas en el comportamiento estadístico regular que a lo largo del tiempo han mostrado los diferentes elementos que forman parte de la ciencia.

Dicho crecimiento es tal, que cada 10-15 años la información existente se duplica con un crecimiento exponencial, aunque esto depende en gran medida del área de conocimiento de la que se trate.

Alfred J. Lotka demostró que la relación trabajos/autor sigue un comportamiento constante bajo determinadas circunstancias.

Estos indicadores se basan en el recuento de publicaciones científicas.

Estos indicadores están condicionados por factores políticos y sociales.

Miden la productividad científica, que es la cantidad de publicaciones producida por un autor, país o institución durante un período determinado.

La producción media se mantiene constante alrededor de 2 publicaciones por autor, al año, aproximadamente.

Esto sirve para clasificar a los autores en tres niveles según su producción.

Los principales indicadores son: Es importante estudiar la dispersión de la información científica debido a la gran variabilidad de estas dispersiones, ya que en ocasiones, los trabajos se concentran en un número muy reducido de revistas, mientras que en otras, se dispersan en una cifra muy elevada.

La diferencia entre las referencias y las citas es que, en las primeras, se hace referencia a trabajos publicados con anterioridad y las citas se reciben de trabajos posteriores.

Básicamente mide la relación entre las citas recibidas y los artículos publicados en una revista.

Estos indicadores miden las relaciones que han existido entre los productores o agentes científicos y que han finalizado con la publicación conjunta de resultados científicos.

El crecimiento de la ciencia lleva consigo aparejado un rápido envejecimiento de la literatura científica, es decir, existe una tendencia elevada a que las publicaciones científicas caigan en desuso con el paso del tiempo.