Después de la muerte del «Joven Rey», que le inspiró un planto (elegía) cuya belleza formal nos conmueve todavía hoy, se reconcilió con Enrique II y con Ricardo.
Bertrán de Born era el tipo perfecto de barón feudal, que no piensa más que en aventuras y batallas, no por patriotismo, sino por necesidades económicas y venganza personal.
Mais aic de joi que qi·m des Corrozana, Car a son grat m'en esgau.
E perché tu di me novella porti, sappi ch'i' son Bertram dal Bornio, quelli che diedi al re giovane i ma' conforti.
Perch' io parti' così giunte persone, partito porto il mio cerebro, lasso!, dal suo principio ch'è in questo troncone.
Porque separé a tan unidas personas, separado llevo mi cerebro, ¡desgraciado!, de su principio que está en este tronco.