Fue él quien al frente de una escuadra de dieciséis naos y veinte galeras, bloqueó en 1471 el puerto de Barcelona, obligando así a capitular a la ciudad, lo que contribuyó decisivamente a la victoria final del monarca en dicha contienda.
Posteriormente, Vilamarí se destacó en combates contra el Imperio otomano y Egipto.
Entre 1494 1495 se halla en Nápoles realizando diversos servicios para el rey Alfonso, en pugna con Carlos VIII de Francia.
Entre 1496 y 1497, asistió a los Reyes Católicos en la defensa del Rosellón contra las acciones de Carlos VIII de Francia,[5] actuando entre Cataluña y Nápoles.
Fue sepultado en la Basílica de Montserrat, y a tal efecto fue labrado un mausoleo en mármol en el que destaca su decoración escultórica.