Casó con la también madrileña Francisca de Córdoba y Osorio, con quien tuvo dos hijas y un hijo: Poco se sabe de su vida, excepto su nobleza, protagonismo en la batalla de Rocroi, y por su afición por los Toros.
Se hizo famoso por ser en su tiempo uno de los más distinguidos caballeros en torneos, cañas y lidias con toros.
Probablemente ya formase parte del ejército de Francisco de Melo que trató de reconquistar, en 1642-1643, los territorios de los Países Bajos meridionales que Francia había conquistado en los años previos.
No obstante, un poderoso ejército francés, al mando del joven Luis II de Borbón-Condé —por aquel entonces duque de Enghien—, se dirigió a su socorro, entablando rápidamente el combate contra las tropas de la monarquía.
Tras la batalla, Francisco de Melo ensalzó los méritos de este tercio ante el rey Felipe IV.