Se convirtió en profesor de estudios clásicos en Vendôme en 1661, y en Juilly en 1663.
Aquí su enseñanza fue atacada con el argumento de que era demasiado exclusivamente cartesiana, y el rector Rebous obtuvo de las autoridades estatales en 1675 un decreto que le prohibía continuar sus clases.
Posteriormente fue enviado por sus superiores a Grenoble, donde, gracias a la protección del Cardenal Le Camus, retomó sus cursos de filosofía.
En 1686 regresó a París, haciendo una estancia en el seminario de Saint Magloire, y en 1689 fue enviado a Ruan, donde pasó el resto de sus días.
Sus escritos son numerosos y variados.