Bernard Courtois

La Academia, donde vivía la familia, era un pequeño hotel que había sido rehabilitado para albergar estudios científicos.

Courtois, sin embargo, se separó de esta empresa para aprender química.

[4]​ En 1802 Courtois trabajó con Armand Séguin en la École Polytechnique estudiando el opio.

[5]​ La investigación sobre el opio de Séguin y Courtois llegó a su fin en la École Polytechnique en 1804.

Courtois administró el negocio familiar hasta que su padre fue puesto en libertad.

Tenía 62 años de edad y no dejó bienes a su viuda o hijo.

Si, al hacer este descubrimiento, Courtois hubiera sacado un certificado de invención, habría conseguido un gran patrimonio.