Benahoarita

Este autor nombra a los primeros pobladores como haouarythes, siguiendo al escocés George Glas quien en su obra The History of the Discovery and Conquest of the Canary Islands de 1764 relacionó el término de la lengua guanche Benahoare —nombre que según Abréu Galindo (1848:168) daban los antiguos palmeros a la isla— con el de la tribu Beni-Howare o Hauwarah del Atlas.

[3]​ Como queda dicho, sí se ha conservado en cambio el nombre dado por los aborígenes a la isla.

Juan de Abréu Galindo dice a este respecto que «los naturales llamaban á esta isla en su lenguage Benahoare que en castellano quiere decir mi patria, ó mi tierra», y de igual forma el ingeniero Leonardo Torriani indica que La Palma era «llamada por los antiguos palmeros Benahoare, es decir, 'patria'».

Sin embargo, persiste el debate sobre cómo llegaron a la isla, existiendo dos grandes hipótesis.

Así, un primer grupo humano habría arribado a la isla hacia mediados del primer milenio antes de la era común, proveniente del Magreb occidental y el noroeste del Sahara; mientras que un segundo grupo llegó hacia el siglo vii a. C. desde el Sahara central y meridional.

[5]​ Esta idea de hombres y mujeres «corpulentos» también aparece señalada por el navegante portugués Diogo Gomes, quien recorrió las islas hacia 1460.

[11]​ En cuanto a la demografía aborigen de la isla, las fuentes tradicionales aportan algunos datos.

Así, el cronista Gomes Eanes de Zurara indica la presencia de 500 guerreros en la isla a mediados del siglo xv, que el profesor Antonio M. Macías transforma en 3 000 personas usando un coeficiente guerrero/habitante.

[12]​ Por otro lado, Andrés Bernáldez en su Historia de los Reyes Católicos dice que el capitán Alonso Fernández de Lugo una vez conquistada la isla tomó cautivos a «mil é ducientas ánimas varones é mujeres, chicos y grandes».

Esta práctica queda constatada en el relato de Diogo Gomes, quien dice que los antiguos palmeros «calculan entre sí cuantos pueden vivir en toda la isla, y no consienten que ni sus propios hijos vivan si pasan de aquel número», siendo los propios padres los encargados de matar a los niños.

[8]​ Aunque las fuentes históricas tradicionales apuntan que los benahoaritas desconocían la agricultura,[4]​ la arqueología ha descubierto que llegaron a cultivar cebada, trigo, habas y lentejas desde los momentos más antiguos de su llegada a la isla hasta el siglo ix, desapareciendo su práctica por abandono o pérdida de la semilla.

[1]​ [16]​[15]​ Destaca entre los recursos recolectados lo que los primeros historiadores definieron como una especie de maná.

Entre los mariscos destacan en los yacimientos arqueológicos distintas especies de lapa, burgados y las carnadillas.

[21]​ En caso de enfermedad decían a sus familiares que se querían morir, usando la expresión vacaguaré.

Usaban asimismo el tamarco, especie de capa igualmente de piel que se anudaba al cuello y que mantenía el pelaje del animal para ser utilizado como abrigo en invierno.

Así, en fuentes del siglo xvi se hace referencia a los bandos de Gazmir o Gazmira e Izán,[3]​ mientras que además se nombra al caudillo Tamanca como «cabeça de tres vandos».

[26]​[27]​ Juan de Abréu Galindo enumera los doce cantones «comenzando desde donde se ganó, que fue Tazacorte» de la siguiente manera:[4]​ Los aborígenes solían tener enfrentamientos bélicos entre cantones por entrar en los términos ajenos o por simple venganza ante alguna ofensa.

Asimismo en caso de injuria o agravio estaba mal visto irse a quejar al capitán del cantón.

Mayantigo se alió con su hermano Azuquahe desbarataron los planes y vencieron a Echentire.

[1]​[27]​ Como lugar sacralizado sobresaliente, los historiadores destacan el roque de Idafe.

[24]​[36]​ En 1447 llega a las islas Hernán Peraza el Viejo para tomar posesión del señorío de Canarias.

Desembarcan en el cantón de Tijuya, y tras internarse tierra adentro son atacados por el rey Chedey y sus hermanos al mando de los aborígenes, siendo los conquistadores completamente derrotados y resultando muerto el propio Guillén tras recibir una pedrada al ser reconocido por los aborígenes como capitán de los conquistadores.

Por esto, cuenta Abreu que las mujeres palmeras adquirieron la fama de bravas.

[39]​ Aunque la cultura benahoarita desapareció como tal con el proceso colonizador posterior a la conquista militar, algunos rasgos culturales pervivieron.

Así, diferentes prácticas ligadas al mundo pastoril como el salto del pastor, o manifestaciones culturales como el baile y canto del sirinoque pasaron a formar parte de la nueva sociedad de la isla.

A falta de cereales, los benahoaritas utilizaban las semillas del amagante para la elaboración del gofio .
Cueva de Belmaco, en Villa de Mazo , ejemplo de cueva de habitación.
Cerámica decorada benahoarita.
División de la isla en cantones:
1. Aridane
2. Tijuya
3. Tamanca
4. Ahenguareme
5. Tigalate
6. Tedote
7. Tenagua
8. Adeyahamen
9. Tagaragre
10. Tagalgen
11. Tijarafe
12. Aceró
Roque de Idafe , lugar sagrado para los benahoaritas.
Costa de Tazacorte , lugar de numerosos desembarcos en busca de esclavos.