Nuevos tipos de entretenimiento las reemplazaron y las vedettes parecían haber quedado en el olvido.
Años después, tuvo un encuentro con la Princesa Yamal, quien realizó una sesión de danza árabe frente a ella, con lo que le dio la idea de producir este documental, cuya realización se prolongó durante toda una década.
Se puede apreciar un ejercicio honesto, dinámico y eficaz en el que queda la curiosidad por conocer más detalles.
Aunque el documental surgió de la idea de rendir homenaje a estas mujeres, la relación entre ellas y la directora, María José Cuevas, se hizo tan cercana que se convirtieron en una familia.
[2] Las vedettes Thelma Tixou, Sasha Montenegro y la Princesa Lea también fueron consideradas para participar en el documental, negándose por motivos diversos.