Belarmina (o bellarmina) es un tipo de jarra o botella decorada con un rostro barbudo intimidador y un origen asociado a la cerámica alemana del siglo xvi,[1] extendido más tarde a otras zonas de Europa (Países Bajos, Gran Bretaña, España).
[a] El origen del nombre se data hacia el siglo xvi en la cuenca del río Rin y la iconografía dirige a Roberto Belarmino, popularmente llamado el ‘martillo de los herejes’, jesuita e inquisidor italiano, cardenal y arzobispo de la Iglesia católica, legendariamente distinguido por su oposición a la Reforma protestante y recordado por haber dirigido los procesos contra personajes como Giordano Bruno y Galileo Galilei.
Su rostro barbudo, grabado en relieve o toscamente trazado en el vientre de las botellas, jarras u ollas, que funcionaban como amuletos «por ser la representación del mal al portar la efigie del maligno cardenal» (sic).
[1][c] Pudo tener un uso posterior en las canecas y demás tipología de botellas alfareras.
Una vez sellada la botella (a veces más similar a una botija o cantarilla), se enterraba en un lugar del entorno del interesado a fin de atraer y atrapar dentro de ellas el mal de ojo, enfermedades, hechizos o sortilegios.