Los beguinajes flamencos se inscribieron en la lista del Patrimonio de la Humanidad de la Unesco en 1998.
[1] Los beguinajes eran comunidades autónomas de religiosas (las beguinas) de Europa del Norte, cuyos edificios integrados (generalmente construidos alrededor de una plaza arbolada) comprenden no sólo las instalaciones domésticas y monásticas, sino también los talleres utilizados por la comunidad.
Los tres criterios siguientes justificaron su inscripción en esta lista: La lista incluye los 13 beguinajes siguientes: