Tras un laborioso asedio, la ciudad de Zhìzhī (郅支城), fue tomada junto con los restantes supervivientes y un cuantioso botín, todos trasladados a territorio Hàn.
Estos intentos, fracasarían repetidamente, encontrándonos ya en el 54 a. C., con una situación bicéfala en la que el Chányú legítimo, Luándī Jīhóuquǎncè (攣鞮稽侯犬冊), había sido derrocado por su propio hermano mayor, Luándī Hūtúwúsī, empujándole a mendigar una necesitada ayuda al principal enemigo para la estabilidad de la confederación: la dinastía Hàn.
Por su parte, su hermano buscaría justamente los mismos objetivos, aunque en su condición de Chányú desposeído, sólo podía encaminar sus ruegos hacia la atención del Emperador: pese a lo políticamente previsible (apoyar al usurpador), la posición Hàn, partirá desde el primer momento hacia el respaldo y el sostén del gobernante derrocado.
Mientras que los Hàn trataban de ofrecer una respuesta activa ante la expansión del poder de Hūtúwúsī, este último hacía lo mismo justamente en el área centroasiática, donde durante los años precedentes y tras numerosas campañas contra los pueblos circundantes a la misma, había cimentado un poderoso estado capaz de amenazar el control Hàn sobre Xīyù, lo que a su vez implicaba el control en manos exógenas (y enemigas) del importante nudo comercial que unía el mundo asiático con Partia y por extensión con el propio Imperio Romano.
En el otro lado del campo de batalla, Gān Yánshòu y Chén Tāng, disponían el campamento (營), haciendo formar a las tropas armadas con ballestas extendidas (張弩) y conminándoles a efectuar repetidas cargas sobre las líneas de combate xīongnú desplegadas en torno al complejo: esta maniobra obtuvo un éxito absoluto cuando las fuerzas enemigas se vieron obligadas a regresar al interior del complejo, evitando así la carga directa de la caballería kāngjū al servicio de Hūtúwúsī.
Estas defensas, obligaron a una serie de ataque flamígeros dirigidos en primer término a derribar la muralla exterior y conseguir abrir puntos de ataque directo hacia la muralla interior.
El Chányú y el escaso centenar de fieles supervivientes, huyeron aterrados buscaron una última defensa en las estructuras fortificadas del interior.
[2] En última instancia, el reconocimiento como egregio líder y su éxito compartido con Gān Yánshòu, favoreció que llegase a ser defendido y perdonado de sus faltas, siendo inclusive llamado nuevamente décadas después, para un nuevo servicio de cara a la política exterior con los xīongnú.
Desde este momento, la importancia en la estepa recaería progresivamente sobre los grupos situados más al este, que por el momento habían pasado ligeramente desapercibidos, personificados en los grupos étnicos de los wūwán (烏丸) y los xiānbēi.
La fortuna volvería de nuevo a dar un nuevo giro dramático, con el ataque inesperado del ejército Hàn sobre la capital del Chányú, que trajo una vez más, la derrota a los cada vez más escasos legionarios.
[7] Hàn Shū (漢書), Volumen 70 (卷七十), Biografías de Gān [Yánshòu] y Chén [Táng] (甘陳傳), enlace directo: https://zh.wikisource.org/wiki/%E6%BC%A2%E6%9B%B8/%E5%8D%B7070 C. A. MATTHEW: "Greek Hoplites in an Ancient Chinese Siege" https://www.jstor.org/stable/41933578 DE CRESPIGNY, RAFE, "Northern Frontier: The policies and Strategies of the Later Han Empire", Faculty of Asian Studies, Australian National University, ISBN 978-0-86784-410-8