De esta forma se constituyó una alianza ofensiva antiprusiana, que estaba formada por Rusia, Francia y el Sacro Imperio Romano Germánico, a la que se sumaron Suecia y la mayoría de los príncipes alemanes, que se oponían a Prusia, la cual conservaba la alianza de Gran Bretaña, Hannover, Hesse-Cassel y Brunswick.
Había conseguido dos de sus objetivos (aniquilar al ejército sajón y convertir a Sajonia en base para sus futuras campañas).
[2] Los imperiales habían desplegado en Moravia 36.000 hombres al mando del Mariscal Leopold Joseph von Daun, 20.000 soldados fueron desplegados en Reichenberg a las órdenes de Konigseck, 50.000 bajo el mando de Browne junto al río Budin y 20.000 al mando del duque de Ahremberg a orillas del río Eger.
Mientras que el general Browne, mucho más diestro, debía servir bajo sus órdenes.
Este había aconsejado que se atacase Sajonia y Silesia[4] para desviar la guerra de las posesiones austriacas, pero Carlos de Lorena prefirió permanecer a la defensiva y reunir numerosas fuerzas en torno suyo.
Su posición se vio reforzada por las obras ejecutadas lo largo de la cumbre del precipicio, y fueron defendidos por una artillería numerosa.
[10] Schwerin y los otros generales querían disuadirle de este plan, que creían demasiado audaz.
Federico, sin embargo, silenció todos los escrúpulos mediante la observación de que era necesario, añadiendo:[10]
Estos estanques se habían ido secando y el suelo estaba sembrado de avena.
La caballería imperial empezó la batalla con ímpetu y fue capaz de rechazar dos veces a los prusianos.
[10] El príncipe Carlos Alejandro se vio obligado, por el movimiento del mariscal Schwerin, a cambiar su posición echando hacia atrás su ala derecha, y ordenó a su segunda línea que avanzase para proteger ese flanco.
[9] Dos regimientos prusianos enteros cedieron, y el Rey, acercándose, les echó en cara su comportamiento cobarde.
Schwerin se encontraba en el desfiladero cuando vio a su regimiento titubear delante de la batería.
Este ataque era comandado por Browne en persona, cuando una bala de cañón le destrozó la pierna derecha.
El príncipe Enrique marchó contra tres divisiones imperiales, que poseían la ventaja del terreno y estaban secundadas por una artillería muy superior.
[15] El ala izquierda de los austríacos aún ocupaba su posición original en la Ziskaberg, sin haber disparado un tiro.
Los prusianos también capturaron 240 piezas de artillería, varios estandartes y las vituallas del ejército imperial.