Demostró tanto liderazgo militar como responsabilidad política y tacto diplomático.
Sin embargo, Jorge II de Gran Bretaña no lo aceptó y decidió continuar la guerra, por lo que preparó un nuevo ejército.
[4] Las fuerzas que le fueron encomendadas a Fernando de Brunswick estaban estacionadas en el río Elba.
Los franceses dieron comienzo a la campaña con la toma de Fráncfort del Meno.
Fernando decidió desalojar a los franceses de la ciudad y marchó con 30.000 hombres contra ellos.
Hasta tres veces logró apoderarse del pueblo de Bergen, pero los franceses lo recuperaron.
Los franceses ocuparon Kassel, Münster y Minden, tras lo que se establecieron en una posición defendible cercana a esta última ciudad.
El ejército francés bajaba de su posición para atacar al pequeño destacamento cuando descubrió que se enfrentaba a todo el ejército aliado que había marchado por la noche.
Las pérdidas francesas ascendieron a 8.000 hombres y treinta piezas de artillería.
Durante el invierno de 1759-60, las tropas francesas del Rin y del Meno, comandadas por el duque de Broglie, habían sido reforzadas y contaban con 100.000 hombres.
Más importancia tuvo la batalla de Warburg, donde el ejército francés perdió 1.500 hombres y diez cañones.
El 16 de octubre, Fernando realiza un ataque nocturno, pero es descubierto y repelido.
Una vez realizada la unión, el ejército francés avanzó contra Fernando de Brunswick, que se encontraba cerca de un pueblo conocido como Kirch-Denkern a orillas del río Lippe.
El 1 de septiembre entabló combate con los franceses en Johannisberg, que terminó en derrota.
En este combate Fernando fue herido de gravedad en la cadera por una bala y su vida corrió peligro durante varios días.
Tras esta batalla tomó la ciudad de Kassel y volvió a entablar combate contra los franceses, hasta que los hizo recular al lado occidental del Rin.
[1] Estuvo presente en la reunión de 1782, que disolvió el sistema masón templario.