El ejército bizantino fue derrotado y no hubo más intentos imperiales por socorrer a las ciudades de Anatolia que asediaban los otomanos.
En Pelecano había acampado un ejército turco otomano al mando de Orhan, que bloqueaba su camino.
[4] La retirada se tornó en desbandada, que costó copiosas bajas al ejército imperial.
[3] Nunca ningún ejército bizantino volvió a tratar de recuperar territorio asiático.
Las antiguas capitales históricas de Nicomedia y Nicea se abandonaron a su suerte, sin intentar socorrerlas y el imperio perdió el control del estrecho del Bósforo al abandonar la orilla asiática.