Batalla de Levounion

El caos reinaba en la región y los recursos del imperio fueron dilapidados en una serie de desastrosas guerras civiles.

Alrededor de 1090 o 1091, un emir turco propuso una alianza con los pechenegos para destruir por completo al Imperio bizantino.

Alejo se vio obligado a confiar en su propio ingenio y habilidad diplomática para salvar su imperio de la aniquilación.

De todos modos, la batalla que tuvo lugar en la mañana siguiente en Levounion fue prácticamente una masacre.

Los pechenegos fueron totalmente destruidos, y las posesiones del imperio en Europa se hallaban a partir de entonces seguras.

En los próximos años, en Bizancio se produjo una recuperación notable en virtud de las medidas aplicadas por Alejo y sus descendientes, los Comnenos.

Los ejércitos bizantinos reaparecieron en Asia Menor y reconquistaron gran parte del territorio perdido, incluidas las regiones costeras fértiles, junto con muchas de las ciudades más importantes.