La batalla de Guilin-Liuzhou (en chino simplificado: 桂柳会战; en chino tradicional: 桂柳會戰; pinyin: Gùilǐu Huìzhàn), también conocida como la batalla de Guiliu, fue uno de los 22 enfrentamientos principales entre el Ejército Nacional Revolucionario (ENR) y el Ejército Imperial Japonés (EIJ) durante la segunda guerra sino-japonesa.
El gobierno de China sabía que no podría mantener Guilin, pero alargó deliberadamente la batalla por razones de política interna, enviando alimentos y suministros a los sitiados.
Guilin había sido reforzada con defensas, fortines, alambre de púas y las tropas de Guangxi bajo el mando del general musulmán Bai Chongxi.
Esta se convirtió en una de las pérdidas más devastadoras durante toda la segunda guerra sino-japonesa.
Aunque los japoneses lograron parcialmente los objetivos de la Operación Ichi-Go, aumentó el área que las tropas japonesas tenían que defender y redujo sustancialmente sus líneas, creando una situación favorable para los contraataques posteriores de las fuerzas chinas.