Los norteamericanos, por su parte, habían logrado trasladar todas sus bases áreas continentales a las recientemente conquistadas islas Marianas.Iba a ser la más grande campaña terrestre organizada por los japoneses durante toda la segunda guerra sino-japonesa.Por su parte, las fuerzas chinas contaban con trescientos noventa mil soldados, comandados por el general Tang Enbo (汤恩伯), estacionados en Luoyang, (Henan).[8] Luoyang estaba defendida por tres divisiones chinas que se enfrentaron a los atacantes japoneses, pero el 25 de mayo la ciudad cayó, tras una encarnizada batalla.[10] Las treinta y cuatro divisiones gubernamentales emprendieron una veloz retirada que desbarató la Administración Pública del territorio y lo dejó parcialmente en manos de sus rivales comunistas, a los que el Gobierno acusó de sabotear un plan para reconquistar Luoyang.[13] Sin embargo, la ciudad de Hengyang y su cercano aeródromo habían resistido los asaltos iniciales en mayo, por lo que se acometió otro nuevo en agosto llevado a cabo por la 11.ª División, que se saldó con grandes bajas al encontrarse con un buen sistema defensivo chino.[5] La ciudad cayó, pese a los contraataques chinos que les permitieron recuperar algunas ciudades, el 8 de agosto.[5] A principios de diciembre, las columnas japonesas entraron en Indochina y la operación se dio por concluida.[5] En diciembre los chinos emprendieron un contraataque gracias al que recuperaron algunas de las posiciones más expuestas del enemigo.[6] Y si bien los bombardeos de Japón se suspendieron, fue por poco tiempo, ya que, a principios de 1945, se acondicionaron nuevas bases aéreas en las islas Marianas, que permitieron a los B-29 reanudar los bombardeos.Además, aunque las grandes operaciones habían finalizado, los japoneses continuaron atacando los aeródromos estadounidenses hasta la primavera de 1945.
Columna motorizada japonesa durante los avances de
Ichi-Go
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