Los británicos se vieron obligados a retirarse, tras haber perdido, según estimaciones, entre nueve mil quinientos y once mil quinientos hombres, influido por la fiebre amarilla; algunas unidades sufrieron tasas de mortalidad del 80 al 90 %.
La victoria demostró la capacidad de España para defender su posición y puso fin, en gran medida, a las operaciones militares en esta área.
El poder español a escala europea llevaba setenta años en claro declive, por lo que Gran Bretaña no estaba dispuesta a seguir aceptando unas condiciones enormemente desventajosas para ellos en lo que al comercio americano se refería.
El incidente, que traería tan terribles consecuencias, se produjo cuando un guardacostas español, La Isabela, al mando del capitán Juan de León Fandiño, apresó a un capitán contrabandista británico, Robert Jenkins y supuestamente en castigo le cortó una oreja al tiempo que le decía: «Ve y dile a tu rey que lo mismo le haré si a lo mismo se atreve».
[cita requerida] No hay ninguna evidencia de que Jenkins compareciera en el Parlamento británico.
La plaza estaba defendida por tan solo setecientos hombres, por lo que el éxito de Vernon fue absoluto (este suceso da nombre a la calle Portobello Road, en Londres y además se compuso el famoso himno Rule, Britannia!
Seguidamente, ordenó un incesante cañoneo del castillo de San Felipe por mar y tierra para ablandar a las fuerzas guarnecidas en la fortaleza.
En ella solo quedaban seiscientos hombres bajo el mando de Lezo y Desnaux.
La entrada a la fortaleza era una estrecha rampa que De Lezo rápidamente mandó taponar con trescientos hombres armados con tan solo armas blancas, y lograron contener el ataque y causar mil quinientas bajas a los asaltantes.
Finalmente decidieron construir escalas y sorprender a los defensores en la noche del 19 de abril.
Pero Blas de Lezo, previendo este ataque, había ordenado cavar un foso en torno a la muralla, con lo que las escalas se quedaron cortas para superar el foso y la muralla, quedando los atacantes desprotegidos y sin saber qué hacer.
Los españoles lograrían matar a cientos de ellos y hacerse con los pertrechos que abandonaron los sitiadores tras la huida.
Ordenó durante treinta días más un continuo cañoneo, ya que todavía no aceptaban la derrota.
Mientras tanto, en Gran Bretaña se estuvo celebrando la «victoria» sin conocerse aún el desastroso final.
[23] No obstante, el contraataque español en la batalla de Bloody Marsh, en Georgia, pudo ser repelido y por ello los combates finalizaron sin cambios fronterizos en América.
Por su parte, España consiguió mantener sus territorios y prolongar su supremacía militar en América durante cerca de un siglo más.