Los otomanos, asentados ya en Tracia, eran una potencia política y militar en los Balcanes occidentales en la década de 1380.
[2] El 15 del mes, los ragusanos decidieron amparar a los súbditos bosnios que huían del avance turco;[2] a los nobles se los acogió en la ciudad de Dubrovnik, y al pueblo llano se le dio cobijo en la isla de Ston.
[2][3] Los ragusanos deseaban asegurar su posición ante la inminente batalla,[2] por lo que el emisario probablemente tenía la doble tarea de tratar con el jefe turco y obtener información sobre sus fuerzas.
No era un gran ejército conquistador, pero tampoco era simplemente una banda enviada al pillaje del territorio bosnio.
[5][3] Lala Sharin Bajá salvó la vida con grandes apuros, pero perdió a casi todas sus tropas en la celada.
[2] La derrota turca hizo que tanto Tvrtko como Đurađ se aviniesen a arreglar sus diferencias.
[7] Esto hizo que los serbios y los bosnios uniesen sus fuerzas para hacer frente al sultán en la batalla de Kosovo.