En esa batalla se enfrentaron dos facciones de bretones, apoyadas por Francia e Inglaterra, respectivamente.
Su comandante militar, el célebre Bertrand du Guesclin, se estacionó con la vanguardia francesa en Brandivy.
Su ejército francobretón vadeó el río y se alineó mirando al sur.
Monfort imitó su movimiento y colocó a los suyos enfrente, con línea de ataque hacia el norte.
Como era costumbre en ese período, los franceses confiaron más en los ballesteros que en los arqueros como solían hacerlo los ingleses.
Al no contar por detrás con el apoyo de su retaguardia, el flanco derecho fue obligado a doblarse hacia el centro.
Se defendió con valentía, pero, habiendo roto todas sus armas, debió rendirse caballerescamente.
En este caso su vida sí fue respetada, y más tarde el general francés fue cambiado por un rescate en dinero.