El pueblo tenía un gobierno compuesto por un alcalde, un alguacil mayor y dos oficiales de justicia.
[3] El Jardín de San Miguelito fue peatonalizado en los años 1970 para unirlo con el atrio del templo.
La original existió hasta que durante un día con mucha lluvia un rayo la partió en dos.
Es interesante el viejo corredor del curato, cuya construcción se atribuye al fray Francisco de Bocanegra.
El templo es catalogado como monumento histórico por el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) para su preservación.
Una se trata sobre «Bertha la loca», una mujer que camina por las calles del barrio pero si llega a ver un niño lo persigue porque su esposo le arrebató sus hijos.
Otra leyenda dice que en la época virreinal la calle Zamarripa era conocida como el «callejón del diablo» y causaba miedo entre los pobladores.