Barreras de accesibilidad

Las barreras de accesibilidad se dividen en dos grandes grupos: las presentes en el entorno físico (en la naturaleza) y las futuras artificialmente por la sociedad.

En particular, dentro del ámbito de la economía y del mercado, si se consigue la accesibilidad a un determinado servicio o producto se amplían los clientes potenciales de la empresa, lo cual resulta siempre beneficioso.

Un ejemplo de barrera arquitectónica para una persona con reducida movilidad es una escalera.

Una ayuda técnica para este caso puede ser una rampa o un ascensor, permitiendo a aquella persona que se desplaza en una silla de ruedas alcanzar el mismo destino que a través de la escalera.

Recientemente se ha incluido el racismo entre las barreras sociales, ya que puede impedir que personas pertenecientes a minorías étnicas puedan realizar labores cotidianas.

Contenedores sobre plazas de aparcamiento reservadas.
Esta rampa de silla de ruedas se ubica junto a una canaleta, lo que la hace inservible para personas en silla de ruedas.