Se desconoce el territorio original de la Banisteriopsis caapi, pero se encuentra en las selvas tropicales de Colombia, Ecuador, Bolivia, Brasil, Panamá, Perú y Venezuela,[1][2][3] en donde las comunidades indígenas amazónicas la utilizan en ceremonias rituales como ayahuasca, una decocción con una larga historia de uso enteógeno, purgativo y chamánico.[4] Crece generalmente en la selva tropical en donde es buscada por los indígenas que la utilizan en ritos tradicionales de medicina, aunque algunos grupos pueden cosecharla, pero los conocedores más conservadores prefieren tomarla del ambiente natural al considerar que así es más potente.[2][3] No se encuentra de manera natural en otros continentes del mundo, aunque su creciente popularidad hace que sea trasplantada a otros continentes a manera de cultivo o como planta ornamental, pero no tolera los fríos extremos.[4] La especie fue descrita iniciamente como Banisteria caapi por Richard Spruce, validada por August Heinrich Rudolf Grisebach y publicado en Flora Brasiliensis 12(1): 43, en 1858, actualmente es tanto un sinónimo como el basónimo de esta;[6] y ulteriormente, sería transferida al género Banisteriopsis por Conrad Vernon Morton en Journal of the Washington Academy of Sciences 21(20): 486, en 1931.Reunieron más de 30 mil especies vegetales entre la Amazonía y los Andes, entre las cuales estaba el yagé del cual describieron que era utilizado por los indígenas del río Vaupés entre Venezuela y Brasil, los cuales le daban el nombre de caapi y lo utilizaban en sus rituales.[11] Se distinguen dos variedades de yagé: mariri caupuri que crece más cerca del Ecuador y el mariri tucunaca que crece en zonas más frías como el sur del Brasil.En dicho contexto es conocida por los pueblos indígenas como una planta medicinal que llama la atención por sus efectos psicodélicos y porque presenta casos en los cuales pacientes depresivos, adictos, etc, han superado substancialmente sus enfermedades.