Un buen número de banduristas étnicamente ucranianos fueron registrados en los documentos medievales polacos.
El término kobza fue utilizado a menudo como sinónimo de bandura, siendo estos intercambiables hasta mediados del siglo XX.
La kobza fue por primera vez mencionada en una crónica polaca de 1313, siendo introducida al ucraniano en algún momento entre los siglos XII y XIII.
También se piensa que puede provenir de las lenguas túrquicas Algunas veces aparece combinado el término como kobza-bandura, refiriéndose al origen dual del instrumento, sin embargo, rara vez es utilizado en el ucraniano oral.
Esto proviene de una inadecuada traducción que se abrió paso en el uso común en los primeros diccionarios soviéticos ucraniano-inglés.
Filippo Villani escribió en su Liber de civitatis Florentiae, "...(Landini) inventó una nueva especie de instrumento, un cruce entre laud y salterio, que se llamó serena serenarum, un instrumento que produce un exquisito sonido cuando se pellizcan sus cuerdas".
Raras inconografías evidencias (por artistas como Alessandro Magnasco) revela que tales instrumentos aún se usaban sobre el año 1700.
La bandura con esta forma, permaneció relativamente inalterada hasta finales del siglo XIX.
Posteriores desarrollos incluyeron un diapasón de metal (introducido en 1912), cuerdas cromáticas adicionales (introducidas en 1925 en los instrumentos utilizados por la Capella Bandurista de Kiev), y mecanismos para una afinación rápida del instrumento (usado por primera vez en 1931).
Muchos banduristas y kobzarís fueron sistemáticamente perseguidos por las autoridades que han controlado Ucrania lo largo del tiempo.
Una buena parte del repertorio consiste en cantos para-litúrgicos (kanty) y salmos que eran cantados por los kobzarís a la salida de las iglesias, que al final eran a menudo sospechosos y algunas veces hostiles contra la despótica autoridad rusa.
En la década de 1930, las autoridades soviéticas tomaron medidas para restringir al máximo la cultura ucraniana.
Diversas sanciones fueron introducidas para limitar las actividades culturales que eran tildadas de nacionalistas.
Muchos banduristas habían sido fusilados o enviados a campos de trabajo soviéticos.
Aunque la confrontación directa y abierta cesó, el Partido Comunista continuó controlando el desarrollo del arte de la bandura.
Solo a algunos intérpretes de confianza les estuvo permitido tocar, con severa censura y un repertorio restrictivo.
Contribuciones significativas para la construcción de la bandura fueron hechas por Gnat Jotkévych, Leonid Haydamaka, Peter Honcharenko, Iván Skliar, Vasyl Herasymenko y William Vetzal.
Difieren en que el Prima tiene un mecanismo de retorno colocado a un lado del instrumento.
Estos instrumentos no están disponibles comercialmente y han sido fabricados en muy pequeñas cantidades.
Esto incluye canciones populares, cantos, salmos, poemas épicos conocidos como Duma.
Jotkévych preparó un libro con las piezas en 1912, pero a causa de la detención del editor, nunca fueron impresas.
Unas cuantas obras para banduras prima fueron publicadas entre 1913 y 1914 por Myjailo Domontóvych, Vasyl Shevchenko y Vasyl Ovchýnnikov, que contenían arreglos de canciones populares ucranianas con acompañamiento de bandura.
En 1926, una colección de composiciones para bandura fueron compiladas por Myjailo Teliha, las cuales fueron publicadas en Praga.
Gnat Jotkévych también preparó unas cuantas colecciones de composiciones y arreglos para bandura en 1928, sin embargo, debido a los dramáticos cambios ocurridos en la Unión Soviética, ninguna de esas colecciones fueron publicadas.
Solo después de la Segunda Guerra Mundial los compositores ucranianos profesionales iniciaron seriamente a componer para la bandura.
Compositores occidentales de origen ucraniano como Yuriy Oliynyk y Peter Senchuk han empezado a componer seriamente para la bandura.