Van den Bossche se convirtió en maestro del gremio de Amberes en 1697.
Regresó a Amberes en 1700 y trabajó para un marchante de arte.
Van den Bossche pintó el retrato en colaboración con Pieter van Bloemen, un conocido pintor de animales, en particular caballos.
Estos interiores estaban adornados con símbolos de cortesía, discernimiento artístico, moda y riqueza para resaltar que sus clientes poseían riqueza material y gracia social.
Están documentadas sus colaboraciones con Pieter van Bloemen (especialista en animales) y Jacob Balthasar Peeters (pintor de arquitectura).
[4] Las pinturas de galerías representan grandes salas en las que se exponen muchos cuadros y otros objetos preciosos en un entorno elegante, normalmente con la presencia del propietario.
[1][5] El género del estudio de artista se desarrolló en el siglo XV, cuando los artistas empezaron a representarse a sí mismos bajo formas históricas elevadas, ya sea como el evangelista Lucas pintando a María y al Niño Jesús o como pintores famosos de la antigüedad, como Apeles, pintor de Alejandro Magno.
Otros, como Gerrit Dou, refinaron el género convirtiéndolo en eruditas alegorías de las artes.
Van den Bossche incluyó en estas obras una ventana que se abre a una frondosa vista italianizante.
La opinión pública sobre los practicantes de ambos oficios era ambivalente y los médicos y alquimistas eran considerados o bien como personas seriamente comprometidas con la búsqueda del conocimiento o bien como charlatanes que utilizaban el engaño para buscar un beneficio material.
Aunque los alquimistas se ocupaban principalmente de la transmutación de metales comunes en otros más nobles, sus esfuerzos eran más amplios y también implicaban el uso de sus técnicas para diagnosticar o curar a las personas (la llamada "iatroquímica", cuyo objetivo era proporcionar soluciones químicas a las enfermedades y dolencias médicas).
Una posible interpretación de la escena es que intentan averiguar si la hija está embarazada.
[7] Otra escena con un tema similar, titulada El iatroquímico (Fundación del Patrimonio Químico), muestra a un hombre (el iatroquímico) que sostiene para su inspección un orinal que le ha traído un criado.