El día 6 de ese mes, el intendente de Valparaíso, Ramón Sánchez, envió un telegrama al ministro de Justicia, Culto e Instrucción Pública, indicándole que, por encargo del entonces director del MNHN, Rodulfo Amando Philippi, se estaba procesando el cuerpo de ballena que varó en la costa días antes y que era necesario saber si se autorizaban los gastos que significaría el traslado del cetáceo hasta Santiago.
Las grandes modificaciones en las instalaciones del museo tuvieron que ver con la preparación de la ballena.
85 años después, en 1980, fue desplazada hacia el sector sur del mismo salón, ubicación que mantiene hasta hoy.
En septiembre de ese año, el entonces ministro de Educación Miguel Luis Amunátegui le escribió a Rodulfo Philippi solicitando que le cediera las instalaciones del museo para una fiesta que se realizó el 7 de octubre en honor al presidente Federico Errázuriz Zañartu.
En los trece años siguientes, hasta la instalación de la ballena, no se registran eventos sociales en los salones del museo.
Sin embargo, estudios recientes han permitido concluir que el esqueleto corresponde a un ejemplar de Balaenoptera borealis o rorcual del Norte.
La primera identificación de la ballena la realizó el propio Rodulfo Philippi en 1889, quien la denominó Balaena antarctica.
La clasificación como ballena de aleta fue establecida por los propios Yáñez y Sanino el año 2000.
En total se limpiaron y renovaron 185 piezas óseas, así como la fabricación de estructuras faltantes.
El trabajo sirvió también para obtener información más precisa sobre la morfología del animal, modificar su postura y también para garantizar su preservación.