Dichos distintivos denotan que los balones han sido puestos a prueba en laboratorios autorizados por la FIFA y han aprobado distintas pruebas, entre las que se incluye: peso, circunferencia, retención de aire, rebote y absorción de agua.
El reborde que adquiría al ser inflado le restaba esfericidad y ocasionaba lesiones a los jugadores.
En la Copa Mundial de 1962, Chile dispuso su pelota oficial, Crack, con forma esférica regular al presentar paneles concentrados, estableciendo el estilo actual.
[5] En 1962 el danés Eigil Nielsen, dueño de la empresa Select Sport, introdujo la estructura del icosaedro truncado.
[7] Revistió el cuero con poliuretano: material sintético flexible e inalterable con el frío, que le daba brillo, resistencia a la abrasión, mayor impermeabilidad y mantenía su forma.
[8] En 1990 se creó el Adidas Etrusco Único, el primer balón 100 % impermeable, solucionándose así el último problema de la pelota.
Sin embargo, este logro complicó el juego de los balompedistas, especialmente el de los guardametas, quienes tardaron en acostumbrarse a los cambios bruscos en la dirección del balón a causa del mejor efecto.