La excavaciones de la zona y su descubrimiento no se llevaron a cabo hasta 1928.
Los Baños originales, construidos por Septimio Severo y decorados por Constantino, se erigieron magníficamente; adornados con muchos mosaicos y cerca de ochenta estatuas, la mayoría de personajes históricos como Homero, Hesíodo, Platón, Aristóteles, Julio César, Demóstenes, Esquines y Virgilio entre otros, así como también figuras de dioses y héroes mitológicos; los Baños representaron un verdadero esplendor tanto en arquitectura como en arte, llegando incluso a inspirar algunas obras literarias.
Sin embargo, Leoncio, quien fue más preciso en sus escritos (que preceden a los de Zonaras), afirmó que los Baños no estaban realmente unidos al Hipódromo, aunque sí se encontraban muy cerca el uno del otro.
Ello justifica su popularidad, pues tal localización habría atraído a grandes masas de gente.
Casi 1000 años más tarde, el renombrado arquitecto otomano Sinan construyó los Baños de Roxelana (Haseki Hürrem Hammam) en las mismas tierras.