Suele venderse en trozos individuales triangulares o cuadrados.
Su textura es tierna y esponjosa, y a menudo tiene un sabor ligeramente ácido debido a la fermentación de la masa antes de la cocción.
Como la mayoría de los postres chinos, se cuece al vapor, lo que le da una textura húmeda, blanda y esponjosa en lugar de seca y firme.
Siempre se sirve caliente, ya que frío no es tan suave y húmedo.
Una versión vietnamita llamada bánh bò difiere de la china en que suele incluir leche de coco como ingrediente, y no tiene la acidez que a menudo la caracteriza.