El proceso de refinación elimina por completo la melaza para dar el azúcar blanco, la sacarosa (C12H22O11).
[4][5][6] Las únicas diferencias detectables son su color blanco y sabor menos intenso.
Siendo el color la característica más importante, ya que está directamente relacionado con su pureza, siendo el blanco el que ha experimentado más refinado y contiene menos contaminantes y productos químicos.
Se utiliza un colorímetro o un fotómetro, precalibrado y en valores ICUMSA (múltiplo del índice de absorbencia (UI)), para medir la absorbancia del azúcar a diferentes longitudes de onda.
Luego se pesa cada fracción para determinar la distribución del tamaño y, a partir de esto, se puede calcular la apertura media (MA) y el coeficiente de variación (CV).