La zona es netamente agrícola y recibe las aguas del río Chancay.
[7][8] Según las investigaciones preliminares, el templo principal edificado en piedra cuenta con ocho niveles construidos en cuatro fases, lo que revela que allí se realizaban rituales religiosos.
En esta etapa se han incorporado al equipo de trabajo los científicos japoneses Masami Fujisawa, Tesuya Inamura, Yoshio Onuki y Yasutate Kato, entre otros.
Es un lugar de recreación Obviamente su gran atractvo turístico es su campiña en sí.
No hay que olvidar que en la zona arqueológica de Matucana hay varios asentamientos además de "las Shicras" del que ya se habló arriba, más bien esta zona monumental también cuenta con construcciones monumentales muy impresionantes rodeando un cerro y aprovechando su configuración[7][8].
El mismo D. López en su investigación señala el potencial de este sitio que puede articular las zonas arqueológicas y convertirse en un importante centro turístico habilitandose como baneario y con botes pedalones[7][8].