El atentado al Baltic Exchange provocó daños por £800 millones, más de £200 millones sobre el total de daños causados por las 10 000 explosiones ocurridas hasta ese momento durante el conflicto en Irlanda del Norte.
[7][8] Luego de estacionar el vehículo frente al Hong Kong and Shanghai Bank, abandonaron la zona en un automóvil conducido por un cómplice.
[6][9] Dos agentes ya estaban investigando el camión cuando se recibió el aviso, y la policía comenzó a evacuar la zona.
[8][10] La bomba explotó a las 10:25 a. m. provocando daños que se estimaron en mil millones de libras esterlinas.
[7][9] Major, McWilliams y el Ministro de Hacienda del Reino Unido Norman Lamont realizaron declaraciones públicas señalando que los negocios seguirían desarrollándose normalmente en la City, y que el atentado no tendría un impacto duradero.
[11] Más tarde, Major describió su reacción ante el ataque con las siguientes palabras: John Hume y Gerry Adams efectuaron su propia declaración conjunta el mismo día del atentado, señalando que «aceptamos que la totalidad del pueblo irlandés tiene derecho a su autodeterminación.
[22] El IRA también intentó ejercer presión indirectamente sobre el gobierno británico mediante una declaración enviada a las empresas de capital extranjero no estadounidense que operan en la City, advirtiendo que «no debe engañarse a nadie para que subestime los intentos del IRA por montar futuros ataques planeados contra el corazón político y financiero del estado británico .
En la situación política actual, es inevitable que hayan más atentados en la City de Londres y en otras partes.
Creemos tener la obligación de transmitirles esto directamente para que puedan tomar decisiones basadas en dicha información».
[18] La ciudad estaba monitoreada por más de setenta cámaras controladas por la policía; en septiembre de 1993 se lanzó el programa "Camera Watch" para aumentar aún más la cobertura en áreas públicas y alentar la cooperación entre las cámaras de vigilancia controladas por la policía, empresas privadas y la Corporation of London (actualmente conocida como la City of London Corporation).
[18] El atentado provocó que varias compañías modificaran el ejercicio de sus operaciones y confeccionaran planes para hacer frente a cualquier incidente futuro.
[8][13] Los subsiguientes pagos por parte de las compañías de seguros causaron que estas sufrieran grandes pérdidas, lo que a su vez provocó un crisis en la industria, incluido el casi colapso del Lloyd's of London.