Gracias a una advertencia telefónica, los edificios cercanos y el camino habían sido evacuados.
No obstante, Inam Bashir y John Jeffries, dos personas que trabajaban en una tienda localizada justo en frente del lugar de la explosión, no pudieron ser evacuados a tiempo y murieron en el ataque.
Tres edificios cercanos (el Midland Bank y los South Quay Plaza I y II) recibieron grandes daños (los últimos dos debieron se reconstruidos totalmente, mientras que el primero tuvo que ser demolido).
La estación en sí misma sufrió enormes daños, pero pudo reiniciar sus actividades el 22 de abril, al igual que el puente debajo del cual estalló la bomba, que tan sólo necesitó algunas reparaciones menores pese a su proximidad al punto del estallido.
El comisionado de la Policía Metropolitana, Sir Paul Condon, afirmó que «sería injusto describir esto como un fallo en la seguridad.