Entre los suelos más representativos están xerorthent (48 % de superficie), xerochrept (28 %) y haploxeralf (12 %).
El primero se caracteriza por ser moderadamente básico, posee un contenido en materia orgánica medio, en general es profundo y de textura franca o arcillosa.
El segundo es un suelo profundo, con bajo contenido en materia orgánica, pH ligeramente ácido y textura franco-arenosa.
El último es un suelo profundo (100-150 cm), con poca materia orgánica, ligeramente neutro y de textura franco-arcillo-arenosa.
[1] Según la clasificación agroclimática de Papadakis, su territorio posee dos tipos climáticos, uno Mediterráneo templado fresco, en la zona central y occidental, y otro Mediterráneo templado, en la zona sureste.