Furiosa, envió un mensajero a Antígona, la mujer de Peleo e hija de Euritión, para decirle que Peleo se iba a casar con la hija de Acasto, Estérope; Antígona se suicidó.
Astidamia entonces le dijo a su marido que Peleo había intentando violarla.
Acasto llevó a Peleo de caza, escondió su espada, y entonces le abandonó frente a un grupo de centauros que le atacaron.
Quirón, el sabio centauro, devolvió a Peleo su espada, y este logró escapar.
[2] Puesto que Acasto y Astidamía estaban muertos, el reino recayó en el hijo de Jasón, Tésalo.