"[1] Estas asociaciones son también conocidas por sus siglas en inglés como ROSCAS: Rotating Savings and Credit Associations.
Una vez que un miembro ha recibido el dinero recaudado, debe continuar contribuyendo.
Estas características hacen que el sistema sea un modelo de transparencia y sencillez que se adapta muy bien a las comunidades con bajos niveles de alfabetización y sistemas débiles para proteger derechos a la propiedad colectiva.
En el libro Rehabilitación basada en la Comunidad: Guías para la RCBC de la OMS, UNESCO y OIT se afirma: "Esos esquemas tradicionales representan un método bancario eficiente en lo comunal, donde los miembros pueden ahorrar con facilidad y recibir periódicamente una suma para cubrir gastos.
"[3] Los grupos AACR se denominan de diversas maneras: tontinas (Camboya), djanggis (Camerún), wichin gye (Corea), arisans (Indonesia), tandas(México), likelembas (República Democrática del Congo), ekub (Etiopía), susus (Ghana), xitique (Mozambique), upatus (Tanzania), etc.
Él los describió como una “institución intermedia que crece dentro de la estructura social de los campesinos y armoniza los modelos económicos agrarios con los comerciales, actuando como un puente entre las actitudes de los comerciantes y campesinos en lo que respecta al dinero y sus usos.”[4] Los individuos en un grupo AACR se seleccionan mutuamente, lo que asegura que la participación está basada en la confianza, en las fuerzas sociales (ver Capital social) y en un genuino compromiso de participar.
Existen métodos alternativos para evitar que quienes reciben el dinero al comienzo dejen de aportar.
Estos depósitos proporcionan a muchos trabajadores los fondos necesarios para financiar sus propios hogares.