El reino fue posteriormente tomado por los armenios, que derrocaron al gobierno árabe.
Smbat VIII se tuvo que exiliar a Samarra, donde moriría más tarde.
Este título otorgaba a Ashot de facto el estatus real, y le situaba en un plano de igualdad con los emires, pero no le concedía facultades para gobernar administrativamente el reino.
Ashot mantuvo este estatus durante los califatos de al-Mu'tazz (866–869), al-Muhtadi (869–870) y al-Mu'tamid (870–892).
En 862 se anexionó Bagrevand, poco después de la muerte del gobernante Mamikoniano, Grigor Mamikonian.
Ashot liberó a Grigor-Derenik para evitar más conflictos con los Artsruni y más tarde concertó el matrimonio de su hija, Sophie, y Grigor-Derenik, para reconciliarse.
Ashot también fortaleció las relaciones con la dinastía Siunia casando a su segunda hija, Mariam, con el príncipe Vasak Gabur IV.
Ashot supo de este complot y envió a Abas para desarmar al ostikan en Dvin; Abas le escoltó a la frontera bajo Ashot órdenes para impedir la represalia del Califa.
Ashot derrotó a los emires de Barda y Manazkert, asediando esta ciudad en 884; no obstante, el sitio concluyó prematuramente.
El historiador contemporáneo Hovhannes Draskhanakerttsi relata su fallecimiento: Smbat le sucedió.
En 862, cuándo el Patriarca de Constantinople Photios intentó unir la iglesia armenia enviando cartas al Cathólicos Zacharias I y a Ashot, ambos convocaron un concilio en Yerazgavors; la ambigua respuesta fue formulada por Ashot.