Asesinato de Junko Furuta

Los perpetradores fueron cuatro chicos: Hiroshi Miyano (宮野裕史, Miyano Hiroshi?, 18 años), Jō Ogura (小倉譲, Ogura Jō?, 17), Shinji Minato (湊伸治, Minato Shinji?, 16), y Yasushi Watanabe (渡邊恭史, Watanabe Yasushi?, 17), quienes fueron referidos respectivamente como «A», «B», «C» y «D» en los documentos judiciales.

[4]​ Furuta, al aceptar esta oferta, no sabía que Miyano la estaba llevando a un almacén cercano, donde la intimidó revelándole sus conexiones con la Yakuza.

Miyano amenazó con matarla cuando la violó en el almacén y una vez más en un hotel cercano.

[7]​ Más tarde abandonaron esta pretensión cuando quedó claro que los padres de Minato no los denunciarían a la policía.

[6]​ Los Minato declararon que no intervinieron por miedo porque eran conscientes de las conexiones con la Yakuza de Miyano y temían represalias, y porque su propio hijo era cada vez más violento hacia ellos.

Se dijo que Furuta cayó en la inconsciencia en varias ocasiones debido a los repetidos asaltos, lo que los llevaba a hundir su cabeza en un balde de agua fría cada vez para continuar la tortura.

[4]​[6]​[7]​[10]​ Cuando se encontró su cuerpo, había botellas de Oronamin C en su ano y su rostro era irreconocible.

[13]​ También se descubrió que estaba embarazada, a pesar del daño severo en su útero.

[4]​ Dos policías fueron enviados a la casa de Minato; sin embargo, se les informó que no había ninguna chica adentro.

También empujaron una botella grande en su ano, causándole un sangrado severo y según los informes, tuvo convulsiones.

En cambio, la obligaron a dormir afuera en el balcón en pleno invierno y la encerraron varias horas en un congelador.

[7]​ Uno de los secuestradores le dijo a la corte que sus manos y piernas estaban tan dañadas que le llevaba más de una hora arrastrarse escaleras abajo al baño.

Tampoco podía beber agua ni consumir alimentos ya que vomitaba después de cada intento,[7]​ por lo cual recibió más palizas.

Pese a estar apenas viva, Furuta ganó la partida y Hiroshi Miyano decidió desahogar su ira contra ella.

En este punto, ella cayó sobre una unidad estéreo y colapsó en un ataque de convulsiones.

[4]​ Como estaba sangrando profusamente y el pus emergía de sus quemaduras infectadas, los cuatro muchachos se cubrieron las manos con bolsas de plástico, que cerraron con cinta adhesiva en sus muñecas.

Furuta finalmente sucumbió a sus heridas y murió ese día.

Luego pusieron su cuerpo en un bidón metálico de 208 litros y lo llenaron con cemento fresco.

Ese caso sigue sin resolverse hasta el día de hoy.

La revista Shukan Bunshun reveló los nombres de los cuatro torturadores, indicando que "dada la gravedad del delito no merecían que se respetase su derecho al anonimato".

Debido a evidencia insuficiente, fue liberado sin cargos más tarde ese mes.

Ogura rastreó a Isono, lo golpeó y lo empujó dentro de su camioneta.

Durante la sentencia, el juez comentó que se había infligido "violencia excepcionalmente grave y atroz" a la víctima, y que Junko Furuta había sido "asesinada tan brutalmente a la temprana edad de 17 años".

Al escuchar los detalles de las brutales violaciones y torturas, un espectador en el juicio se desmayó.

La madre de Furuta también tuvo un colapso mental, que requirió tratamiento psiquiátrico.

Lo horrible del caso captó la atención de los medios incluso internacionales y se han hecho desde películas hasta cómics, aunque la versión más fiel a lo que realmente ocurrió es un documental hecho poco después de la primera sentencia (en 1989) que solo se puede encontrar en japonés.